jueves, 27 de octubre de 2011

De cuando descubrí el Instagram

Siempre me gustaron las fotos. Cuando navego por los blogs de patchwork y quilting, lo primero que llama mi atención son las fotos. Cuando éramos analógicos, usaba una cámara réflex, con la que experimentaba en manual. Desde que nos convertimos a digital y, sobre todo, desde que ando rodeada de peques, ya sólo uso mi iphone para sacar fotos.

El iphone es cómodo porque, como teléfono, siempre lo llevo encima. Tiene una cámara bastante buena, pero los resultados no me convencían del todo. Sobre todo, el hecho de que cuando sacas a un niño en primer plano, al ampliarla en el ordenador ves que la señora que está cinco metros más atrás y en la playa ni la habías visto, de repente cobra todo el protagonismo en tu foto porque está perfectamente enfocada!

En fin, que yo sacaba las fotos en casa, con mala iluminación (por la noche, con las luces amarillas del salón...) y de cualquier manera y ¡no estaba contenta!

Y entonces un día, mi amiga Cool Vanity me enseña el Instagram (oooooooooohhhhhhhhhh!) Es un App gratuito que te permite retocar las fotos, pero sin la sofisticación del photoshop. Con la comodidad de poder hacerlo en el mismo iphone sin necesidad de sentarme al ordenador (para mi eso es un plus, pues no tengo mucho tiempo libre....) Tiene varios filtros y la posibilidad de difuminar los bordes. Luego tus fotos se publican en internet como si fuera un twitter: puedes seguir a personas famosa y no tan famosas, y te pueden seguir a ti. No es como el facebook en que tú tienes unos amigos, sino que todas las fotos son públicas, y tú puedes filtrar a quién quieres seguir. Además puedes compartir las mismas fotos en facebook, twitter....

Unos ejemplos del antes y el después del instagram. ¡Estoy enganchada!













¿Qué os parece? Si tenéis alguna duda... bueno, seguro que en google encontráis mejores repuestas de las que yo os pueda dar, pero me pongo a vuestra disposición!
Si os apuntáis y queréis seguirme, mi nick es everyquilt.

domingo, 16 de octubre de 2011

I spy... Veo, veo...

Os dejo mirar por un agujerito para que veáis en qué estoy inmersa ahora mismo. Cuatro proyectos en marcha. ¡Cuatro! Y es que todavía me dura la carga de baterías de las vacaciones. Como podéis ver, repito con la colección Bliss de Bonnie and Camille y es que me da una alegría... 
Féliz semana a todas y si sigo a este ritmo, la semana que viene os enseño algo terminado. Por supuesto, también tengo alguna cosita olvidada, pero ésa es otra historia...


lunes, 3 de octubre de 2011

La bolsita perfecta / "the perfect pouch"

Lo primero, hoy quiero confesar que soy de letras (total y absolutamente). Con esto quiero decir que cuando me dicen que una cocina mide 10 m2 no tengo ni idea de si es grande o pequeña; que si me dicen que un piso cuesta 300.000€, tengo que pasarlo a pesetas y luego compararlo con el precio de otras cosas; que no memorizo los números (siempre tengo que inventar algún truco). ¿Qué pasa? Que cuando leo que algo mide tantas por tantas pulgadas, no tengo ni idea de cuál es el tamaño real. Ya sé que una pulgada son 2,5cm aprox y que una yarda son 36 pulgadas (lo memoricé) pero el problema es que no sé visualizar el tamaño. ¿me entendéis? Así que, muchas veces, coso a ciegas.

Para justificarme un poco diré también que coso por la noche, cuando los peques están acostados, la cocina recogida... ¡vamos! que cuando me siento, no tengo la cabeza todo lo despejada que quisiera.

Ay! Cuántas excusas!... Lo cierto es, que un día, blogueando por ahí, descubrí uno que me encantó. El blog de Diana, que además acababa de publicar un tutorial para hacer un "neceser" precioso. Yo andaba buscando una bolsita para los zapatos de deporte del peque, que los tiene que dejar en el cole, y ésta me pareció acertadísima!

Así que me puse: cogí una cremallera, cosí, cosí, cosí y cuando le di la vuelta...



 Aaaah! ¡Me encanta! Pero la quiero más rectangular y un pelín más pequeña. Así que, al día siguiente elegí otra cremallera, cosí, cosí, cosí y cuando le dí la vuelta....


 Aaaah! ¡Me encanta! Pero no me caben las zapatillas... Uffff y ahora, ¿qué?
Pues me puse en contacto con Diana y ella, muy inteligente, me hizo el calculo y publicó en su blog cómo conseguir las medidas perfectas.

Así que, otra vez, compré la cremallera , cosí, cosí, cosí, y cuando le dí la vuelta...
Voilà ¡perfecto!



 Aquí caben las zapatillinas (y algo más). Me gusta y creo que me voy a hacer unas cuantas más. Es de esas labores que se hacen enseguida y que enganchan. La cuadrada es, de momento, un costurero de viaje y la pequeña, un estuche de lápices...



Es curioso que Diana hizo montones de estas bolsitas antes de encontrar la perfecta, probó distintas telas, texturas, acolchadas, entretelas... Pasaos por su blog. Merece la pena la visita!